Cuando un maestro me dio la idea de igualdad, no me explicó nada, pero la idea quedó sembrada, mi palabra era "la unidad" yo la repetía para relajarme y sin darme cuenta, fui comprendiendo que ese era el propósito, que yo sintiera el concepto dentro de mí y la sensación se fue aclarado a través de lecturas ocasionales y de hechos que por asociación de ideas iban llamando mi atención.
Repetí y sigo repitiendo la gran palabra "LA UNIDAD", si señor, somos parte del todo, y como me gusta ser parte de lo bello, de lo grande, de esas personas increíbles que influyeron para bien de toda la humanidad, pero bájate de ese sueño, amalgamados a eso aunque esté un poco alejado, están los corruptos, los envidiosos , etc, etc y no nos olvidemos de la bomba atómica.
No hay absolutos, lo lindo y lo feo, lo pequeño y lo grande todo unido en un todo. Hay veces que repito mecánicamente mi palabra y ni me acuerdo de quien soy ni donde estoy, separo lo negro de lo blanco y no pienso en los grises y así se vive más fácil.
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